2006, 19 de Junio, SESUDOS LIBROS

 

- ¡Anduxtel Migue.¡.

Así, usando el imperativo, mi amiga Tiki colocó en mis manos un enorme tocho sobre la "Historia del Carruaje en España".

¡Y para que Tiki haga eso con un libro…. ¿Cómo tiene que ser el libro?¡.

Pues ya se lo imaginarán ustedes; dos kilos de satinado papel en tamaño super-folio, con centenares de ilustraciones en las que desfilan ante nuestra vista los más variados carromatos.

Sonreime en silencio y aunque no quise decirle el porque, os lo contare a vosotros:  vínome al pensamiento una divertida página de Armando Palacio Valdés referida a un campesino asturiano que leía ávidamente todo lo que caía en sus manos sin sacar provecho alguno de la lectura:

 "No tenia mas que una pasión en su vida: la lectura. Durante la semana no podía satisfacerla; las faenas agrícolas en que se ocupaba lo  impedían. Pero así que llegaba el domingo, solía darse un hartazgo que le dejaba consolado y esclarecido hasta el domingo siguiente. Después que salía de misa se pasaba por casa del capitán. Este le daba un libro, el primero que le venia a las manos. El año cristiano, el Perfecto licorista, Tratado de fortificaciones marítimas, en fin, cualquiera, pues al tío Goro le bastaba su calidad de libro para respetarlo más que a las niñas de sus ojos. Y llevándolo entre sus manos pecadoras con la misma unción que si fuese portador del sagrado cáliz, marchaba hacia el campo de la Bolera. Allí se tumbaba sobre algún madero y en voz baja comenzaba a descifrar con regodeo las cláusulas misteriosas del impreso....Como don Félix se cuidaba tan poco de la elección de libros, cuando no tenía alguno a la mano le entregaba un paquete de números atrasados del Boletín Oficial. No hay para que repetir que el tío Goro los iba paladeando con igual felicidad.".

Pues bien, no hay duda, yo fue tratado por Tiki como Goro por el capitán y al sonreír prometime sacar algo de provecho, por poco que fuera, de aquel impresentable mamotreto, que por cierto fue a parar a Fez, donde escribo estas líneas.

Y como el mal absoluto parece no existir, ya en la contraportada (que no en el mismo libro) se transcribe una cita del Quijote. Dícele Sancho a esposa:

"Has de saber Teresa, que tengo determinado que andes en coche, que es lo que hace al caso, porque todo otro andar, es andar a gatas.".

Iniciase así pues el libraco reconociendo en el carruaje un símbolo de distinción social, a la postre un BMW siempre ha sido un BMW, hoy y en tiempos del manco de Lepanto.

 Y prosigue con ornatos y lujos sin fin.

Entre tanta pretenciosidad no deja sin embargo de colarse algún dato interesante; cuéntanos por ejemplo que la más primitiva rueda encontrada se obtuvo del corte longitudinal y no transversal de un tronco.

 ¿Raro?. No, la primera rueda no debió cortarse sino tallarse con piedras, como una máscara africana en su reverso, y los golpes secos del hacha pétrea aplicados a un círculo que crece concéntricamente lo que hacen es romperlo, o levantar todo el anillo de crecimiento anual.

Un tipo u otro, un uso longitudinal o transversal de la madera, y por tanto un tallado o un cortado, separa la edad de piedra de la edad de bronce. Así de fácil.

 Evolucionan y pasan a estar integradas por dos o tres piezas unidas entre si.

De tal forma se las representa en los frescos militares de Ur y  de tal forma se mantiene en culturas que ignoran o no tienen a su alcance la posibilidad de construir radios y recubrir con metal el perímetro (lo que dicho sea de paso implica pasar del bronce al hierro).

Estas ruedas de piezas macizas y unidas entre si por correajes absorbiendo mejor los golpes  yo todavía las he visto, no puedo decir si en Ucrania o en Hungría, pero he llegado a verlas en vehículos que transportaban cereal.

 Lo cierto es que a partir de aquí no he tenido tiempo ni ganas de continuar con el tomazo.

Escaso interés tiene saber que los adornos en bronce que rodean la carroza de Alfonso XII termina con unas famas que sostiene el escudo de España, o que este fuera el primer carromato con doble suspensión que vieran nuestros lares, o aun que reales pragmáticas de Carlos II pretendían limitar la suntuosidad de los carruajes (y de la vestimenta, y de las joyas, que no solo a estos se limitaron los esfuerzos por poner freno a la prodigalidad de la degenerada nobleza española) u otras mil noticias que sobre el innoble deporte de hacer que los demás caminen por nosotros nos da el libraco en cuestión.

En fin, que la verdad de la verdad sea dicha, Tiki no me hizo un regalo, lo que hizo Tiki fue un hueco en su biblioteca para poder colocar algo más interesante.

Pero ya tomare cumplida venganza, ya…… las próximas navidades recibirá el "Manual para el cultivo del Perejil en Mesopotamia.", tema, como todo el mundo sabe capaz de acaparar por si solo mayor interés que el mundial de Fútbol.

 

¡GRACIAS TIKI, CON AMIGAS

ASÍ GANASE UNO EL CIELO.¡.