23 DE OCTUBRE DEL 2006.

COMENTARIO A LA PELÍCULA EL ÚLTIMO SILENCIO

DE SAMUEL SEBASTIÁN

 

Muchas son las diferencias que nos separan a Sam y a mi tanto  de pensamiento como de vida; por ello resulta aun más gratificador descubrir un fondo común.

Acudí el lunes en la Mostra de Cine de Valencia a visionar la opera prima de mi amigo.

Y una pequeña anécdota me lleno de alegría. Ya finalizaba la película……  se iniciaron los pictogramas dando las habituales listas; director, productor, guionista, iluminación, sonido, actores y de repente salio Él:  Vicentín.

Naturalmente nadie se preguntó quien es Vicentín, pero los allegados sonreímos……..  Vicentín es el gato de casa.

Y como es el caso que mi primer artículo en este blog fue dedicado al animismo y fijó sus razonamientos en el alma de nuestros hermanos los animales no pude sino pensar que en el fondo posiblemente mis diferencias con Sam no son tan abismales como un primer vistazo pueda presuponer.

Por lo demás; no cabe duda; cada despertar lo es a unas circunstancias nuevas que nos cierran unas puertas y nos abren otras y el protagonista de la película se despierta esa mañana con la sorpresa de que su pareja, muerto el amor, prepara las maletas para irse de casa. Un maravilloso mundo burgués, lleno de seguridades y certezas, le espera tras su ruptura con Mauro, un mundo con un trabajo estable del que Mauro carece, un mundo con fines de semana en Paris, un mundo con cuadros millonarios, un mundo donde no se le quedará pequeña la camisa.

Pero Mauro, que ya vislumbraba esa ruptura como inevitable, no queda en soledad debido a ella. Mauro es sustancialmente solitario y no consigue engañarnos; no esta solo porque se va su compañera;  ha estado siempre solo.

Y nuestro buen amigo sabe que no hay más que salir a la calle para encontrarse con alcohólicos, drogadictos y presidiarios, entre los cuales, como todos sabemos, andan los mejores.

Y allí esta ella, una de sus antiguas compañeras de colegio, quien por supuesto nunca había reparado en él, y que hoy abandonada por su familia y perdida en su soledad navega por las procelosas aguas de la drogadicción.

Tan pronto como Mauro ha tenido la suerte de que la burguesía abandone su madriguera, se le ha colado por la puerta la inestable anarquía carente de las seguridades y certezas que le acaban de dejar.

A Mauro le ha tocado la lotería.

Mi querido Sam, solo una cosa no entiendo, ¿Por qué coño le has puesto al protagonista de tu historia el nombre de Mauro y no el de Samuel?.

Te felicito, has sido un hombre afortunado.

Y en cuanto a tu película es sencillamente magnifica.