DE OPOSICIONES EN VALLADOLID Y DE MUSEOS EN MADRID

2006-11-18.

Durante este largo fin de semana he acudido a Valladolid acompañando a uno de mis opositores a Notarias. Tengo que congratularme de su éxito, y lamentarme de su mala tarde (como los toreros). Me consta positivamente que iba preparado para obtener si no el número uno si uno de los primeros puestos, pero el tercero de sus temas de derecho civil, relativo al régimen económico matrimonial en Aragón, no estuvo a la altura necesaria. No tiene la más mínima importancia.

Naturalmente aceptó con satisfacción la asistencia de público a su examen; a más público mayor garantía de limpieza. Cuando algún opositor pide a quienes le acompañan; ….. "por favor no entréis que me pondré nervioso….. ", lo que en  realidad esta queriendo decir es; "… por favor no entréis que aun siendo mi nivel bajo quizás el tribunal, sin público, tenga la ocasión de darme un empujoncito.".

Y tal como viene ocurriendo siempre más de uno y más de dos opositores, y más de uno y más de dos papas acompañantes velan cuidadosamente ante la puerta del tribunal para que no entre nadie.

Queda solo a nivel de anécdota. Nunca había oído hablar tan bien de ningún tribunal.

Nos acompañó en el examen un profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Málaga, amigo de mi alumno y desde hoy mió, quien me contó dos anécdotas interesantes:

Acababa de aprobar la oposición a catedrático de Derecho Civil en Salamanca Ignacio Serrano (de quien todos hemos estudiado sus obras sobre la ausencia) y presentose ante el Decano, por entonces Don Miguel de Unamuno, quien amablemente le invitó a comer en su casa ……:

"…. Y espero que no tenga Vd. la osadía de hacer como su antecesor que se presentó a comer en mi casa, delante de mi mujer ......... acompañado de su querida……. Claro que al final conseguimos casarlos……..".

El antecesor citado (catedrático de civil) era el padre de quien luego sería un magistrado del Tribunal Supremo que a su vez fue padre de un compañero mió de profesión, a quien por supuesto me apresuraré a transmitirle la anécdota.

El mismo Serrano había contado a mi nuevo amigo la falsedad de la anécdota que en la apertura de curso se presume enfrentó a Unamuno y al general Millán Astray al replicar este a su discurso con la celebre frase de; "muera la inteligencia".

Por lo visto al acto había acudido un grupo de falangistas en estado etílico. Todo el mundo pensó que de aquello no podía salir nada bueno, pero todos callaron pensando que la borrasca pasaría.

"…. Don Miguel empezó muy bien (contaba Serrano), pero luego la cosa se estropeó y no acababa de decir si estaba o no al lado del Glorioso Movimiento …….. y tanto y tanto divagó que al final de entre los falangistas borrachos salió la famosa frase de "muera la inteligencia.". Lo cierto es que el general no abrió la boca en ningún momento.".

Mi alumno y muy próximo compañero, tan pronto se examinó volviose para Málaga, previo acuerdo, con su temporalmente todavía preparador, de seguir cantando temas el próximo miércoles y no tomarse unos días de respiro.

Y yo por mi lado celebre el éxito dedicando la tarde a visitar el Museo Nacional de Escultura, donde para no ser menos que en el resto de la red de museos carecen de la mas insignificante bibliografía, aunque eso si tienen unos muy turísticos libros-folletos, donde reproducen al menos el 5% de las obras expuestas.

La verdad es que guiaban mis pasos el animo de encontrar algún autor español que utilizara el buril para levantar la madera y dar así aspecto de relieve al suelo en que afirman sus pies las representaciones. Rien de Rien. Definitivamente cuando encuentre este recurso tengo que aceptar que estoy ante una obra flamenca, o evidentemente hecha en España por algún flamenco.

Con todo la visita no deja de resultar desoladora; el Colegio de San Gregorio se halla en restauración y la tan solo se exhibe una pequeña parte del museo en un edificio próximo, poco, muy poco de Berruguete, poco de Mena, poco de Vigarny, y apenas nada de pintura.

Descubro la obra de Thomas Willeboirts Bosschaert, de quien con toda probabilidad solo existirán en España los dos lienzos que posee el museo, muy muy próximo a Rubens y más aun a Van Dyck.

De nuevo me asombro ante la calidad de otra de las muchas Inmaculadas salidas de Pantoja de la Cruz. En cambio la magnifica obra de Carducho no esta expuesta al público.

Y como tengo la intención de adquirir alguno de los tomos del Catalogo Monumental de la provincia de Valladolid que la Diputación lleva publicados, pues nada, se va uno del Museo, donde debieran de estar, y acude al Corte Ingles, donde efectivamente si están y donde de paso pudo adquirir una monografía sobre la rejería vallisoletana (la que queda aquí, no la que esta en el museo de Nueva York, o sea las rejas de la catedral, para las que se construyó una sala especial) y sobre un mediocre pintor local de lánguidas burguesas; Miguel Nieto.

El sábado partí hacia Madrid donde pude ver la exposición de dos salas de Subastas, Duran de capa caída, la Sala Alcalá cada vez mejor. Los precios cada vez mas inasequibles. ¿Cómo se puede remitir a una consulta en sala para conocer el precio de un ex voto consistente en un pequeño fragmento de papel escrito por Santa Teresa?. Ningún particular pagaría gran cosa por él, ni que decir tiene que la pieza esta destinada a alguna institución publica.

Pujo por una copia de la Divina Pastora de Rafael hecha en el XIX, y por tres morteros turolenses, también por una obra de Del Arco de la que luego me dicen que existe un error en catalogo y que su precio de salida duplica al allí anunciado. Con esa duplicación se supera el precio de otra obra del mismo autor sacada a la venta por Cristie´s hace apenas un mes y cuya calidad era muy superior. Puedo olvidarme de ella.

Aprovecho luego para acudir al Prado cuya última planta esta cerrada en su 3/4 partes (¿Persisten las goteras?), el Prado no solo necesita espacio, necesita también gente mas competente.

Subo a la tercera planta; Felipe V recién llegado a España se encuentra en medio de un desierto artístico, tras la muerte de Murillo no ha quedado prácticamente nadie (desde luego parece mentira que ni siquiera tengan una obra de Jacinto Meléndez) y el joven rey, desde Francia, y su esposa, desde Italia) hacen traer artistas y obras, y ¿Qué no exhibe el Prado?. Dos obras de Housse, una obra de Van Loo, una obra de Watteau (quien nunca vino a España) dos retratos de Ranc (y no son los mejores) y como no, un retrato de Luís XIV por Fragonard (quien no solo no vino a España sino que siempre se negó a venir (quizás por su edad)). ¡Bendito sea el cielo¡, una obra de Nattier no supera los 35.000 euros, ¿Cómo puede ser tan asquerosamente miserables quienes dirigen el Prado?.

Y creámoslo o no desde Ranc hasta Goya; nada de nada. Por exhibir exhiben un Carnicero, vamos un vigésimo quinta fila comparado con un vulgar López Portaña. Un vacío terrorífico e inexplicable. Y de la Pintura del XIX no vale la pena ni hablar porque el Casón del Buen Retiro lleva cerrado al público la friolera de unos ¡QUINCE AÑOS¡.

He salido del Prado y corriendo me he ido a cada de mis amigos Miguel y Maria Ángeles. A toda prisa adquiero un libro de Harry Potter no para los niños sino para que los niños me vean leerlo a mi. Cuando mi amiga lo ve me pone en antecedentes; si hijo mayor, Miguel, ya los ha leído todos "…. Y no veas, unos mamotretos gordísimos….. " e Ignacio y Teresa aun no han crecido lo suficiente. Me alegro por mi; el libro me engancha.

Hasta pronto.