23 de Abril del 2006.

 

COMENTARIO A LA FLAUTA MÁGICA DE MOZART.

 

Escrito para mi amiga Susi Rosalén Alcocer en Leipzing en diciembre del 2005.

 

He aquí la interpretación que un pagano, y por sobre, un analfabeto en música, da a la trama de la Flauta Mágica.

……. Más ¡porque pagano?. ¿Qué es un pagano?. Evidentemente no es un agnóstico. Con no menos evidencia no se trata tampoco de un ateo.

¿Quién es pues este?. Pagano es en Roma quien acepta como dioses a quienes no están admitidos en el Panteón. Pero como sabido es que Roma incorpora a su Panteón a todos los dioses de los países que va conquistando, pronto se encuentra este densamente poblado y el pagano queda reconvertido en quien acepta como dioses a seres sin sentido, inasumibles por la cultura romana, propios de un bárbaro. El pagano deviene en ignorante que cree en falsos dioses.

Pero no es esta la acepción que yo quiero dar a mi paganismo musical, porque ni hay otros dioses a los que idolatrar ni la adoración de otras artes y otros dioses daría mayor o menor grado de culturación a su adorador.

Cuando te digo que soy pagano en música quiero decir que lejos de mi convertirla en Dios de mi Panteón, quiero decir que no confío en ella como deidad, quiero decir que no solo de violín vive el hombre, quiero decir que un año no tiene porque ser de Mozart, tiene que serlo de Mondrian, de Saramago, de Botero, de la sonda que orbita sobre Marte, del eterno conflicto bélico de actualidad, del hambre, de la enfermedad, y sobre todo y especialmente tiene que ser el año de mi dolor de muelas, de mi enamoramiento, de mi aprobado, de mi accidente, de mi matrimonio o de mis bailes.

Pero siempre mío y no del Dios Mozart.

Y es el caso que los músicos siempre tendéis a vivir en años de Mozart, en años de aprendizaje, en años de ampliar estudios, en el año de la operación y aun en el  centenario de Wagner, o en el de Beethoven….. pero difícilmente en el año vuestro.

Es la música un Dios muy exigente, y como respecto de todos los Dioses exigentes, hay que mantenerse distantes de él.

Máxime cuando te encuentras en el templo de su adoración que es esta ciudad de Leipzing. Y es que esto de la adoración siempre me resultó difícil de compatibilizar con la idea de deidad. ¿Quieres decir que Dios se sentirá orgulloso (y el orgullo es un pecado), de que todos sus hijos se arrodillen ante el?. ¿Por qué a mi me parece ridícula la idea de ser adorado por las hormigas? y no creo estar más próximo a Dios de lo que una hormiga lo esta a mi. Malament rai si confundimos culto con religión.

Pero a mayor abundamiento la cosa va más lejos, porque no se trata solo de que yo sea pagano respecto a la música, sino que además a mi, parecenme paganos quienes la idolatran, porque centrada mi formación en temas tan materiales como la enfiteusis, la hipoteca o las cuotas legitimarias de la sucesión, me sucede que la música me conduce a mundos inmateriales, inconcretos, donde no predomina la idea sino el sentimiento. Y es el caso que yo me siento (o quiero sentirme, no lo se) como un hombre más de ideas que de sentimientos, y la música llama a la puerta de mi corazón, no de mis ideas. Y acostumbrado al pienso luego existo (que por cierto no es de Descartes) no logro identificarme con el siento luego existo en el que parecen existir los músicos.

Vaya pues por delante que la interpretación que de la flauta mágica voy a darte es la de un pagano en música…….. y por sobre….. un analfabeto.

Por cierto, que en este papel en el que escribo se superponen las hojas secas de flores por sobre la pasta de madera, como las notas musicales por sobre nuestros pensamientos…… ¡ vaya engorro¡.

Analfabeto como casi todos, pues dirigiéndose la música a mis sentimientos o a mi corazón, como al sentimiento o al corazón de quienes la escuchan; ¿Cómo no voy a ser analfabeto en los sentimientos o en el corazón de los demás?. ¿solo los enamorados son los bastante tontos para no reconocerse analfabetos en el corazón ajeno, y si de técnica musical saben muchos mucho, de música no sabe nadie nada sino lo que entra en su corazón.

¿Quién más sabedor de música que aquel indígena centroafricano que baila al son del tan-tan? ¿Quién más sabedor de música que la bailarina del Wolstoy? ..... y sin embargo ¡Que analfabetos se parecerán el uno al otro¡ ……. ¡Y que analfabeto¡… y casi casi estoy por decir…. ¡Que ateo¡, pareceré yo a cualquiera de ambos.

Y es que en materia de música poco hay que saber y mucho hay que sentir. Y analfabetos en sentir hay pocos, aunque Dios mediante, analfabetos en corcheas somos casi todos.

Así que, analfabeto en pentagramas, analfabeto en escalas y analfabeto en el corazón de los demás, y aun en el mío propio, no tengo sino que reconocerme también analfabeto en música.

Quedan así justificadas las tres primeras líneas de este escrito.

Y vayamos ahora a "La flauta mágica".

¿Hubiera Mozart conservado la cabeza sobre los hombros en el Paris de 1789?. ¿Hubiera podido escribir en 1791 esta obra de haber residido a tan solo 500 kilómetros de distancia?.

 

Fin por hoy, seguiré mañana.

 

…….. Dejemos la cabeza de Mozart en su sitio, ahora que la de Beethoven parece a punto de ser subastada y vayamos a lo nuestro:

Tamino, hombre sumergido en crisis intelectual y ¿Cómo no? Espiritual (y de ahí su acto de arrojar el crucifijo al suelo, de aquí nuestra inquebrantable seguridad de que en el hipotético caso de haber salvado la cabeza entre los revolucionarios franceses la hubiera perdido entre nuestros oficiantes del Santo Oficio), descubre, (veinte años antes de que lo hiciera Goya), que el sueño de la razón produce monstruos….. unos monstruos de los que no consiguen liberarlo los auxiliares de Sarastro (Curioso Dios este Zoroastro, mezcla de bien y de mal, encarnación de lo bueno y lo malo, que tan de cabeza trae a Nietze, a quien tanto leyó Hitler, quien, como de todos es sabido, regalo a Musolini una lujosa edición de sus obras completas, quien a su vez, como todos sospechamos, no consiguió pasar de la primera pagina, y aun hay quien dice que nunca jamás levanto la tapa del libro-caja de Pandora) y prosigo………..  unos monstruos, estos, los de Tamino, de quienes solo le liberan las auxiliares de la reina de la noche.

He aquí pues a un intelectual a quien de nada sirve el saber, a quien en nada pueden ayudar las ciencias, a quien no le sirve de báculo un ya muerto siglo de las luces, y quien se ve librado de sus problemas, de sus dudas, por la reina de las tinieblas, de la oscuridad, de la ignorancia.

Y ya hemos dado la vuelta a la tortilla, porque no es que Mozart lleve 20 años de adelanto a Goya, es que le lleva 150 de atraso (y digo bien 150). El protagonista de Mozart, esta ahíto de saber, el de Goya esta hambriento de él. A Mozart la razón le produce monstruos, A Goya el dormir de la razón es lo que se los produce. A Mozart lo salvo la reina de la oscuridad y a Goya lo raptan las brujas de la noche, esas brujas de la noche que abrieron proceso inquisitorial a San Luís, a Santa Teresa o a Miguel de Molinos y que si no lo hicieron con Goya (y estuvieron a un paso) fue porque este tuvo el tino de reglar a Fernando VII las planchas de los Caprichos para evitar así la condena de una obra propiedad de su sacra majestad.

Todo apunta pues en la obra de Mozart, al menos inicialmente, al momento de transición entre el bibliotesco barroco y el mágico romanticismo alemán.

Coronado Pamino príncipe, por la reina de la ignorancia, acepta la misión que esta le encomienda de liberar a su hija de la cautividad en que la tiene presa Sorastro (quien no olvidemos es un ambivalente Dios mezcla de bien y de mal y encarnación de las ciencias) y valese en su misión de papageno, el simplicisimus, el cazador de pájaros, el que solo busca en su vida una papagena con la que copular y vivir en el campo, …. En el agro….. en la ignorancia.

Por cierto, hablando de cazadores de pajaros, haze fijado alguna vez vuestra merced en la terrible perversión del refrán español conforme al cual más vale pájaro en mano que ciento volando. Cuando lo cierto es que más vale un solo pájaro volando al que perseguir que 100 pájaros que ya tengas en la mano.

Papageno, simplicisimus, es de aquellos a quien los pájaros volando le traen sin cuidado, de aquellos que nunca salieron de su casa buscando ampliar sus horizontes, de aquellos que solo necesitan una papagena, preferiblemente joven, preferiblemente muñeca y no persona, preferiblemente inarticulada en sus movimientos, en sus pensamientos….. en todo su ser.

Y cuenta papageno para su supervivencia con un arma terrible, su propia falta de saber, que encarnada en flauta le preserva (al hacer sonar una simple escala) de todo peligro.

Simplicisimus no tiene que pedir a Dios que le libre de todo mal, a Simplicisimus de todo mal le libre su ignorancia, esa ignorancia que acertadamente llamamos nosotros los españoles "Santa Ignorancia" y efectivamente es Santa, pues asume la misma misión que un Dios, que cualquier dios; libra a su acólito de todo mal.

Y mira por donde este papageno se convierte en el protagonista de la obra, en el personaje que atrae hacia si todas las simpatías, en el más aplaudido por el público, en quien más despierta nuestra empatía.

Papageno es el pastor cuyo disfraz asumen los nobles en la ilustrada Corte de Luís XVI o antes los de Luís XIV, o sea 150 años después de que lo asumiera Alonso de Quijada o con 200 de atraso respecto a la obra de Guevara Menosprecio de Corte y Alabanza de Aldea.

Y esto de que el pueblo alemán convierta en protagonista al carente de intelecto, nos pone sobre la pista de dos cosas; una que están hasta el pirri de su saber y pronto van a venirse todos a la costa de Andalucía a diluir en cerveza sus tenebrosos conocimientos y dos que son capaces de convertir en líder al más descerebrado de los papagenos.

 

Y aquí dejo por hoy la carta, que tengo cosas mejores que hacer.

 

Parten pues Tamino (el hombre atormentado por su saber y coronado príncipe por la reina de la noche) y Papageno (el hombre que nunca será atormentado por su saber y tan solo se coronará príncipe de papagena), al rescate de la siempre atractiva hija de la reina de las tinieblas……. A quien pretenden salvar de las garras de Sorastro.

 Henos aquí en el reino de la bibliotecomia. Con lo que debe  ser un escrupuloso respeto a la intención del Autor, Tamino es siempre localizado en una biblioteca, en cuyos anaqueles conviven los libros con las calaveras, con las colecciones de coleópteros, con los grabados de anatomía y lo que es más representativo de los gabinetes del XVIII; junto a los grandes vasos de formol en que se conservas deformidades y fetos.

Y Sorastro da a Papageno la clave para entender lo que, ( y  ayer lo apuntó nuestro anfitrión, Andrés) podría ser un indicio de masonería en Mozart; dicele Tamino que solo podrá triunfar en su misión si resulta guiado por la amistad y no por el odio.

Pero evidentemente la amistad no puede guiarle hacia Tamina, pues hacia ella le guía el amor. Guiado entonces por la amistad ¿hacia quien? ¿hacia que?.

Efectivamente Zorastro asume una postura masónica; es su reino el del saber, el de la industria naciente, el de la mecanización que ya apunta en todo el mundo, pero también el de la confraternización entre todos los hombres como medio para alcanzar la perfecta sociedad.

Tamino solo alcanzará a Tamina si acepta integrarse en el mundo de los sabios, si supera las pruebas que se le imponen, tal como un masón avanza por grados en el escalafón de la confraternización universal.

Y la primera prueba que se le impone es el silencio.

¿representación simbólica del secretismo impuesto a quienes entraban en la masonería?. No, no busca el autor descender a tan prosaicos detalles. ¿representación simbólica del absoluto acatamiento que nos va a imponer la nueva sociedad?. Tampoco, el autor ni siquiera lo sospecha. En mi opinión Sorastro, como súper hombre nietzchiano, viene a representar el culmen del nihilismo, el que no se limita a decir a los demás "Mírame" sino que dando un paso más, declama "cállate". Pero Sorastro no quiere callar a los demás para formar esclavos sino para formar nihilistas, hombres perfectos, hombres que han superados todas las pruebas (como un monje, como un masón) y que callan no porque tengan que obedecer, sino porque han llegado a formar parte de una casta en la que resulta inútil toda comunicación con un vulgar papageno.

En el nihilista mundo de Mozart no se le dice a Tamino "calle y aprende", se le dice "Aprende y calla". Ven a formar parte con nosotros de una perfecta sociedad a la que solo los iniciados tendrán acceso, una sociedad donde los miembros seremos libres, (aun a costa de los demás) donde tendremos industrias en las que nos servirán los papagenos a quienes arrancaremos de sus estúpidos paraísos, en la que el hombre y la mujer gozarán de la amistad y no del amor (percatémonos de la frigidez entre Tamino y Pamina) frente a la exultancia sensual entre Papageno y Papagena).

Marchemos todos juntos por la senda de la igualdad entre los superiores.

AH AH Ah …. Donde nos lleva Mozart……. Hay Hay Hay que lejos nos encontramos del gorro frigio, y que cerca del imperio napoleónico….. y digo napoleónico por no decir algo peor……

Ay, Ay, Ay, que deben ustedes los músicos abrir los ojos como platos y desconfiar ……. Desconfiar radicalmente de lo que están haciendo, estudiando y distribuyendo entre nosotros los Papagenos.

Acepta pues Tamino perder la principesca corona que en su, hasta entonces, testa había colocado su majestad la reina de la noche y reconvertirse así en neófito de la imperiosa e imperante sociedad futura.

Y no veamos en ello intención política alguna. Alemania esta en 1791 invadida por los exiliados franceses de La Vendome. A los príncipes alemanes no les toca la camisa el cuerpo y cualquier intencionalidad politica, aun la sospecha de que la tuviera, le habría ocasionado a Mozart serios problemas.

Y superan Tamino y Tamina todas las pruebas que se les imponen. Y lo hacen rápidamente, que a la nueva sociedad le corre prisa. ¿Y como se les recibe en ella? ….. pues uniformados….. faltaba más ….. uniformados cual dirigente chino de hoy en día, uniformados no solo con el traje (que es peligroso pero es lo de menos) sino con una única forma de pensar, de actuar, de vivir…… la uniformidad de los seres perfecto, de los superhombres….. pues la perfección no admite distintos modelos ni distintos pensamientos, ni contradicción alguna. La perfección (y perfecto solo es Dios) es Una y Verdadera, y quien no se adapta a ella por cambiar el color de sus zapatos ya no es perfecto, ya no forma parte de ese mundo al que parece conducirnos Mozart.

Y claro es que la reina de la noche muere, y claro es que Papageno no muerte porque la nueva sociedad lo necesita para trabajar en sus acerías.

Y no quiero acabar sin fijarme en el criado de Sarastro, en Monostatos.  Para empezar Tanos es la muerte en Grecia y Monos la Unidad.

Sorastro ha vencido pues a la muerte poniéndola a su servicio y convirtiéndola en su criado. Sorastro la vence, Papageno tan solo la esquiva con su flauta.

¿Y dirías que la muerte tiene el mismo origen racial que Papageno o que Sorastro? ¿No se notan ciertos rizos en su corto cabello? ¿No tiene cierto color su piel? ¿No nos induce a todos a pensar en cierto tipo de religión?.

Entonemos primero el mea culpa. ¿Sabes de donde viene la palabra RAZA?.... Pues del catalán,,,,,, de donde se ha transmitido a todas las lenguas europeas. Aparece en torno a 1400 para referirse en un tejido a la fibra distinta de las demás en color o textura y es usada en castellano por primera vez en 1438 aunque solo adquiere sentido, ya referida a las personas, a partir de 1500, cuando los mestizajes en América empiezan a dar lugar a las más peregrinas clasificaciones.

Pero estoy seguro de que tiene plena vigencia en la Alemania de Mozart. A mano tengo aquí tan solo una muestra de racismo alemán, referida al año 1920 y tomada de la obra de Thomas Mann "Señor y perro" (todo un título), quien dice respecto al incatalogable origen de este:

"Por lo demás, la riqueza de colores algo arbitraria de su piel puede ser "inadmisible" para quien estime que las leyes de la raza se anteponen a los  valores personales"

En fin, visto lo visto, este pagano y por ende analfabeto en música no puede sino concluir dando a ustedes un entupido consejo: "Señores miren ustedes a Mozart, con ojos MUY MUY críticos."

 

Dado en Leipzing a 7 de diciembre del año 2005.