LA PINTURA DE JUAN BEJAR

Convirtiose Minerva en Diosa de marfil. Degeneraron sus dudas en inquebrantables verdades, fue sustituido su agnosticismo por una rígida fe, sus estudios por sus academias, sus desnudez por la uniforme negritud de su pulcra vestimenta, y los pilares donde asentaba sus estudios por el rotulo de una barbería desde el que nos interroga el búho imperial.

Y esa Minerva, de degenerada frente y minúsculas manos, sostiene su bastón de mando y levita, alejada de la realidad, sin que sus pies toquen tierra.

 El propio Bejar escribió respecto a esta obra:

 "Mariscala in black. Muñeca de cerámica china vestida de negro y adorno de plata manteniendo su báculo. Pared pintada con luna o gajo de limón o caramelo. Mascara de oreja y pendientito. Y lechuzón miope sobre tronco-poste de barbería con igual sufrimiento de chorreones/desgastes de su laca.".

 Como algunos sabéis, este cuadro "La Minervita", preside mi despacho y tanto él como yo, recibimos, escuchamos a nuestros clientes y procuramos dar solución a su búsqueda de seguridad jurídica.

 He colgado hoy en el blog parte de la obra del pintor Juan Bejar, harto ya de no encontrar apenas nada sobre ella en Internet y resultar además difícil hallar bibliografía sobre el mismo (y eso que sin duda se trata de un hito en nuestra pintura).

 No es su nota más característica la crítica a la rigidez moral de la España de los Aústrias, como casi siempre señalan sus comentaristas, sino la ausencia de la Risa. 

Esa risa que al parecer, Platón, en su desaparecido libro sobre ella, constituye en la base de todo saber (la película "El nombre de la Rosa,  que si se erige en critica a la Iglesia" a diferencia de "El codigo da Vinci", ha difundido esta idea), esa risa sin la cual no hay amor, sin el cual a su vez no hay saber.

Porque como dice Gabriel Bermudez en su obra "Timbres de los Gloriosissimos Pariarchas Fundadores de las Sagradas Religiosas y de algunos de sus más esclarecido hijos". (Valladolid. Imprenda de la Real Chancillería. 1725. Pág 314) (¡¡¡¡AHHHHHHH, de cuantos colores me va a poner mi amiga, la que me tacha de erudito por esta cita¡¡¡¡¡);

 "Quien fe contenta folo con faver, y no trata de amar, ignorante fe quedara para fiempre. Han de andar juntos a la efcuela, el Amor de Dios, y la Sabiduría."  "…… y como la mala voluntad, con buen entendimiento hace Demonios, un mediano entendimiento con buena voluntad, eleva,,,,, el Hombre a fer Bienaventurado.". 

No hay risa…… no hay amor…… no hay sabiduría …….. bienvenidos al mundo de la decadencia Austria que efectivamente refleja Bejar.

 

En ninguna parte he visto ni poco ni mucho sobre la más que evidente relación de su obra con la de José Hernández, pero este pinta monstruos y Bejar resulta más ambiguo. Puestos frente a cualquiera de los engolados niños-ancianos (¿o ancianos-niños?) ¿estamos ante un monstruo, o ante una víctima de la monstruosidad?. ¿Nos miran desde nuestro mundo o desde un mundo que ya fue y que hoy, periclitado, se ha convertido en nuestro pasado?. ¿Estamos con ellos, o frente a ellos?. ¿Y si no les gusta el mundo en el que están, porque no se han rebelado contra el mismo?.

 El hombre es o no conservador, en la medida en que quiere o no conservar lo que le fue transmitido por su entorno, puede incluso convertirse en reaccionario, quien no es un conservador, ya que no pretende conservar el presente sino retrotraerlo al pasado.

 Y este conservadurismo es lo que Bejar critica en su obra, ese no rebelarse contra lo ya dado por nuestra rígida sociedad ese aceptar con una mezcla de resignación y tristeza el imperativo que nos viene impuesto,  ese rendirse, pese a la profundidad de mirada que atribuye a sus personajes, ante el Dios Status, ante el Dios Rol.

 Transcribo un comentario a su obra hecho por Miguel Ramos Morente:

 "…. Cuerpos hinchados de plusvalías, pajaritas de asfixiado material, narcisos, desvarío de tules y satenes, señoras acribilladas de bisutería y lazos impecables……

Rostros detenidos. Solitarios rostros que no quisiéramos nuestros, miradas que no sentimos como propias, poses, atuendos y gestos sobre los que jamás ejerceríamos derecho de pertenencia alguno. Nadie quiere ser como las criaturas de Bejar, y sin embargo nos atrapan en la noria ausente de su risa……. ".

 Copio también un cometario en la fotografía número 47 (Niño Azul. 1998) hecho por Benito Acosta (y como el anterior tomado del libro "Juan Bejar" editado por la Diputación de Málaga.

Adeu a tots.