6 de Enero del 2006.

COMENTARIO A LA OBRA DE

MUÑOZ MOLINA

 

Muñoz Molina nace y crece como autor al amparo del poder absoluto de aquel Dios llamado PSOE. En 1986 publica su primera novela, Beatus Ille, y sin más dilación recibe el premio ICARO.

En 1988 publica la segunda, el “Invierno en Lisboa” y como recompensa a los servicios prestados en el aparato pseudointelectual al servicio de la Administración recibe el Premio Nacional de Literatura. En 1989 publica una novela, Beltenebros, inmediatamente adaptada al cine y debidamente subvencionada y aupada por la Directora General de Radiotelevisión Española, Pilar Miro. En 1991  y por segunda vez, recae el premio Nacional de Literatura en quien tan solo cinco años antes no había escrito una cuartilla. Demasiados premios y demasiadas obras.

Molina es un poco para toda España lo que Vázquez Montalbán es para Cataluña..... el centro de nuestra vida intelectual, radicada en autores......... de novela negra........ tal cual la realidad política que encumbró a nuestro autor.

 Con tan nefastos antecedentes he tomado entre mis manos, con más animadversión que esperanza el “Invierno en Lisboa”.

Santiago, hombre de color y desconocido genio del jazz,  y Lucrecia, se enamoran en San Sebastián, donde el primero trabaja y la segunda ha acudido con su amante, Malcom, para adquirir unas antigüedades. Pero la indolencia de ambos enamorados y la violencia de Malcon les impiden unirse. Durante tres años limitarán su relación a una paupérrima correspondencia, procurando Santiago encauzar su vida a través de la música si bien, de nuevo superado por las circunstancias acabará dando clases en un colegio de monjas.

Un intento de reencuentro se verá frustrado por el afán de Lucrecia de evitarle a Santiago la venganza de un Malcom al que ella misma ha abandonado robándole un valioso cuadro.

Finalmente todos los personajes se reencontraran en Lisboa donde Santiago matará a Malcon arrojándole a las vías del tren  y  donde de nuevo se verán los enamorados obligados a separase ante la persecución de un socio del mismo Malcon.

Mucho jazz, mucha violencia, mucha muerte y desde luego ninguna inverosimilitud en los caracteres. ¿Realmente pueden los personajes ser tan buenos, tan guapos, tan listos, tan inteligentes ....... y estar dominados por unas circunstancias ridículas.?.

Cuando Lucrecia roba a Malcon y remite a Santiago el plano de situación de un local donde se halla abandonado un cuadro de Cezanne cuya venta les permitirá vivir en un país de jauja; ¿nos esta tomando el Sr. Molina el pelo, o esta realmente convencido de que “el plano de la isla del tesoro” puede hoy tener valor literario?.

Todos los personajes arrastran una falsa soledad. No es que estén solos, es que creen que estando solos son más hombres, más completos, más intelectuales. Y es que Muñoz Molina, como todos nosotros, quiere aquello que no tiene; ni soledad ni especialmente intelecto, lo cual desde luego no es grave...... salvo que quieras atribuirle un valor que no tiene.

Molina como toda nuestra intelectualidad oficial, cree firmemente que los hombres se dividen en dos; los que piensan y los que no piensan, y ni remotamente se les cruza por la cabeza la idea de que entre los primeros (entre ellos) puedan esconderse verdaderos monstruos. Tomemos sin embargo un personaje de Delibes o de Sender, sin duda no será tan intelectual, sin duda no será uno de los mayores genios del mundo (en jazz, como ocurre en la novela, o en mujeres o en alcohol, que en todo se puede ser genio) pero también sin duda será más humano, estará más cerca de nosotros.

Dicen los críticos en literatura que el lector se sumerge en los libros, pero esto no es cierto, es el libro el que se sumerge en el corazón del lector. A los personajes de Molina, tan intelectuales, tan malvados, tan fuertes en su actuar, tengo que ir yo a entenderlos, a analizarlos, a postrarme ante sus pies como alumno. A los personajes de Delibes no voy yo a buscarlos, vienen ellos a mi, a explicarme sus cuitas, dejando de lado problemas de intelectualidad plantean problemas de vida.

 Una última crítica, y muy seria...... entre las primeras fotografías de aquel niño mimado por la administración en el 85 y las de hoy, median por los menos 40 kilos de grasas y colesterol, como les ha pasado a todos los intelectuales al servicio del poder.

 En Xaouen a 22 de Agosto del 2003.