BIBLIOTECAS VIRTUALES

2006-09-05

 

Mis zapatos estaban a punto de fenecer. Como, en honor a la verdad, me ocurre con mas frecuencia de la que desearía la industria del calzado, el talón habiase consumido en su parte posterior y los laterales se descosían empezando a vislumbrarse a su través el calcetín.

Y llego un momento en que mi tía Carmen no pudo resistirlo más; "Esta tarde vamos a comprarte zapatos, no quiero que te den limosna por la calle"….. y yo ya no pude eludirlo ni un minuto.

Ataviado con traje de hombre importante (incluida la corbata), acudimos al Cortes Ingles.

"Esos", eligió mi tía. Y una amable joven dependienta ofreciome el calzado en cuestión.

Ante su sorprendida mirada, al comprobar como la punta de mis viejos mocasines se levantaba sospechosamente, probeme los nuevos y flamantes que se me ofrecían.

- ¿No están mal?, y ¿Cuál es su precio?.

- Doscientos veinte euros.

Y entonces fue cuando reaccione más intempestivamente de lo que hubiera deseado. Sonriéndome y con mayor seriedad de la que hubiera debido emplear le conteste;

"Mire, discúlpeme señorita, pero es una inmoralidad gastarse tanto dinero en zapatos, búsqueme unos que valgan una tercera parte por favor.".

Y pese a mi sonrisa, mi tía pusose lívida y la joven vendedora abrió unos sorprendidos ojos como pocas veces los he visto.

- "Vd. perdone…… mi sobrino es un poco especial.".

- No, no ….. si realmente son caros.

La semana pasada volvió a ocurrirme lo mismo.

Había acudido a la Alhambra con unos amigos y claro esta que visitamos la librería. Ya me pareció sospechoso que aquel libro no llevara precio, pero vamos ¡no habría para tanto¡ y al fin y al cabo la cerámica hispano morisca seguro que valía su coste. Lo cogí y acudí a la caja.

- "Ciento cincuenta y siete euros", dijo esta vez la no menos agradable señorita.

Y yo inmediatamente me acorde de los zapatos y de nuevo me sonreí.

- "Mucho me gustaría leerlo, pero todo tiene un límite incluido mi bolsillo", dije a la joven bromeando.

Y el libro siguió el mismo destino que los zapatos.

Hoy para resarcirme un poco, han dado en televisión la noticia de que Google abre una librería virtual gratuita.

Esto no es una gran noticia. Por un lado los libros no son, ni muchísimo menos, tan caros como los que venden en La Alhambra, y por otro el problema no es la disponibilidad del libro sino la predisposición a su lectura. (¿Cuántas son las obras mejor empastadas que leídas?)

Yo, como todos, he bajado decenas de ellos desde Internet, pero, seamos honestos, he leído bien pocos. No quiero dejarme la vista en el ordenador y resulta más económico adquirir una obra que imprimirla.

Además todas las librerías virtuales existentes en la red carecen de especializaciones en temas técnicos. Cualquiera de las Universidades norteamericana pone a disposición de sus alumnos, también vía Internet, pero sin acceso público, recursos infinitamente más importantes de los que podemos encontrar en estas bibliotecas gratuitas.

 No es la difusión del libro sino la difusión del interés por él lo que permite acrecer el nivel medio. No nace la Universidad de Salamanca antes que la de Oxford por casualidad sino por el interés que hacia el estudio existía.

 Voy a transcribir un texto, referido al año 1401, sacado de la "Historia de la Vida y Hechos del rey Don Henrique Tercero de Castilla" escrito por Gil González Davila en su edición del año 1638 (cuyo inmoral precio, esta vez por bajo, solo triplica el de unos zapatos);

 "En este mismo año, dice el Doctor Fernández de Madrid, Arcediano de Alcor en la Santa Iglesia de Palencia, autor de la Silva Palentia, que había tanta falta de libros en Castilla, que se arrendaban por años, y valían a las fabricas de las Iglesias Catedrales que los tenían muchos maravedíes. Y dice el autor de la historia, que por las escrituras que vio en el Archivo de la Santa iglesia de Palencia, fechadas en 28 de Abril de aquel año, consta de esta gran falta de libros, que con muchos florines, y trabajo no se podían tener; y según parece, dice, que había en la Iglesia de Palencia algunos libros de derechos, y de la Sagrada Escritura, y de Doctores Teólogos y Canonistas los cuales para que los Prebendados se aprovechasen con su lectura en sus casas, se arrendaba el uso de ellos cada año públicamente a dinero a quien más daba a la Iglesia; y primeramente se tasaba el valor de tal libro en veinte, treinta o más florines, según era su precio, y el que le tomaba había de dar seguridad de que lo devolvería pasado el año; o su valor; y por el año que se aprovechaba de él, pagaba más o menos, según se concertaban…….".

 

Y si aquello hacían los Palentinos hace 600 años; ¿Qué no debo hacer yo hoy sino pagar los 157 euros?.

 

Dense una vueltecita por las bibliotecas virtuales y comprueben como al alcance de todos, están Agatha Christie e Isaac Asimov, pero no la cerámica Hispano Morisca.

 

Pero aun así; ¿A quien le importan ni unos ni otros?.

 

Hay va la lista de enlaces desde los que se pueden descargar gratuitamente libros electrónicos:

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http://www.cpel.uba.ar/ebooks/eam/index.php?author_letter=W&

http://www.gutenberg.org/catalog/

http://www.geocities.com/angelto.geo/libros.htm

http://www.ciberhabitat.gob.mx/biblioteca/le/ad.htm

http://www.librosparabajar.com/?id=hackemate

http://www.booksfactory.com/indice.html

http://saavedrafajardo.um.es/WEB/HTML/inicio.html?Open

http://idd00qaa.eresmas.net/humanismo/ph/biblio/

 http://ar.geocities.com/proyectoinacayal/bibliotecaInacayal.html

http://www.agujero.com/modules.php?name=Biblioteca&orderby=description%20ASC&min=0