FRANCO MUSSO
Conocí a Francesco Musso hace ya muchos años. Yo era por
entonces tan joven como él crápula. Temo que me hayan alcanzado a mi más
años que a él ápices de sensatez. ¡Siempre tenía dos excusas a mano¡,
una para pedir un anticipo por sus trabajos ..... y la otra para justificar
su retrato en ellos.
Incomprensiblemente la terracota no se cotiza en el mundo del arte, ni poco ni mucho sino nada (¡Cuanto tendrá que ver en ello su fragilidad y nuestro autoengaño para pensar que las obras de arte son tan eternas como vamos a serlo nosotros mismos¡) y Franco tenia que dedicarse también a todo tipo de menesteres; fotografía, publicidad, representación de artistas..... hasta llegar a la elaboración artesanal de camisetas que parece ser lo que le da de comer hoy.
Y yo, su mejor cliente por aquel entonces, y uno de los pocos amigos que no le apretaba las cuentas reuní (y no a precio de saldo) la mejor colección de sus terracotas.
Empezó con las monocromas de niños y pronto paso a la elaboración con distintos barros y tinturas (¡Y cuantas se le deterioraban en un horno que hoy podría formar parte de cualquier museo industrial¡), pero ni siquiera con ellas, que son mucho su mejor obra, consiguió salir de sus sempiternos problemas económicos.
Curiosamente ahora, cuando ya no esta en sus manos y ha
abandonado su elaboración, han dado en alcanzar una cotización elevadísima
entre los coleccionistas ..... pero a mi buen amigo le ocurre como a todos
los artistas. ....... el dinero escapa de sus manos ..... lo que no importa
en exceso habida cuenta de que lleva la riqueza en su corazón.