La Administración y los medios de comunicación

 

Hace un par de semanas en la cadena de televisión La Cuatro (cuyo ominoso nacimiento no quiero olvidar) entrevisto al candidato de la oposición Mariano Rajoy.

Llevo 25 años sin votar, nunca he votado al PP ni me siento próximo a él, pero tengo ojos para ver y orejas para escuchar y a los diez minutos me había parecido tan intolerable el comportamiento del entrevistador con el jefe de la oposición que decidí cambiar de cadena no por lo que decía el Sr. Rajoy, que me gustará o no me gustará pero a la postre es la opinión de un sector de la población, sino por el indigno trato que estaba recibiendo de un periodista vinculado al pode; el Sr Iñaki Gabilondo.

Naturalmente al apretar el botón con el que cambiaba de canal era consciente de que pasados siete días, debía de dar el mismo trato a la entrevista que ese mismo periodista iba a realizar al Jefe del Gobierno y que, no me cabía duda, respiraría ambiente de incienso oro y mirra. Y pasados siete días por supuesto no conecte la televisión.

A la mañana siguiente todos leímos en la prensa la conversación que habían mantenido el Presidente del Gobierno y el entrevistador, cuando una vez finalizado el programa pensaban que ya no estaban siendo gravados.

La copio íntegramente, ya que los medios afines al gobierno solo han dado de ella la mitad:

"-Zapatero: Bueno, muy bien, yo estoy muy a gusto….

-Gabilondo: ¿Qué pinta tenéis? ¿Qué sondeos tenéis?.

- Zapatero; ¡Bieeeen¡ Nada…. Bien…. Hombre….

- Gabilondo: Sin problemas ¿no?.

- Zapatero: Lo que pasa es que yo creo que nos conviene que haya tensión…..

- Gabilondo: Os conviene muchísimo……

-Zapatero: Yo voy a empezar, a partir de estén fin de semana, a dramatizar un poco.

- Gabilondo: Ya.

-Zapatero: ….. pero nos conviene mucho…. Si no, la gente…. Bueno……".

Dramatizar la situación, yo creo que todos los sabemos, consiste en enfadarse por lo que diga la Conferencia Episcopal, que tiene derecho a decir lo que le salga de los cojones, cuando le salga de los cojones y como le salga de los cojones, como cualquier cristiano (sea del PP o del PSE), y sin que por ello los demócratas tengamos ni que enfadarnos ni que crisparnos.

Dramatizar la situación consiste en acusar de nepotismo a quienes desde la anterior administración cesaron a un equipo médico al que se le moría un número de enfermos mucho más elevado del que habitualmente reflejan las estadísticas de los hospitales (porque ante la evidencia de que los enfermos se morían con mayor facilidad que en otros centros, ya sea por negligencia ya sea por una practica encubierta de eutanasia, lo que hubiera sido una animalada es no cesarles).

Por cierto, que burros los del PP que para quedar bien no tenia más que decir; "Si señor nosotros nos equivocamos al cesarlos y la actual Administración al no reponerlos en sus puestos por lo que exigimos imperiosamente al Ministerio de Sanidad que rectifique su ominosa conducta, pague inmediatamente los daños que haya ocasionado y reponga a los médicos en sus puestos.

Pero esa dramatización de la realidad entra dentro de lo normal en la vida política. El Presidente crispa la situación porque así le conviene a él y a su partido ante la proximidad de las elecciones. Bien. ¿Y que? ¿Dónde esta lo raro?.

El mismo día que salía a la luz esa conversación "of course", la oposición dramatizaba con el hecho de que el Ministro de Justicia. Sr Bermejo, hubiera gastado 250.000 euros en rehabilitar su vivienda oficial, y el gobierno (que unos meses antes había dramatizado con una reforma en el piso del líder socialista valenciano por importe de 70.000 euros y la había aprovechado para darle la patada en el culo) le quitaba importancia al asunto y sus técnicos informaban que "existía una importante situación de abandono y deterioro del inmueble." (no se como con tanto abandono pudieron vivir en esa humilde chavola la anterior ministra de vivienda y aun antes, el actual jefe de la oposición.).

Todo entra dentro de la más absoluta normalidad.

Lo que a mi me pone los pelos de punta no son las declaraciones del Presidente, si siquiera el distinto trato que el medio de comunicación, a través de su entrevistador, da a una opción política o a otra (estoy hecho a ese servilismo de los medios de comunicación del poder, que apoyaron a Franco, apoyaron a UCD, apoyaron al PSOE, apoyaron al PP y apoyan al PSE) lo que realmente me espeluzna es que alguien se pueda dirigir al presidente del Gobierno diciéndole "¿Qué pintas tenéis?", porque si el Sr. Presidente fuera mi señor padre, o fuera mi amigo Luís, o fuera mi primo Ernesto, yo tengo muy claro que antes que ser mi padre, mi amigo o mi primo seria el Presidente y sin duda yo no me dirigía a él en esos términos.

Una de las palabras que mayor denotación he visto sufrir a lo largo de los años ha sido "Usted". Todos consideran el trato de "Usted" vinculado al ámbito del status, pocos lo usan ya vinculado al rol, pero lo cierto es que hay aun una tercera forma de usarlo: vinculándolo con el ámbito de la personalidad. En este ámbito la palabra "Usted" implica una autopotenciación del "yo" pero también una autopontenciación del "usted", del otro al que nos dirigimos, no es que yo quiera "desnivelarma" de Usted, e interponga entre nosotros esta formula, es que yo le valoro como entidad distinta a mi y la pongo a mi nivel, le doy a Vd. el mismo trato que me doy a mi mismo y me merece usted la misma valoración que me merezco yo mismo. Es un "Usted" muy castellano que dice;

"ojo que tu eres alguien, y yo también soy alguien, y solo en la medida en que seamos "alguien" distinto, seremos. Mantengamos pues el usted no como algo que implica distinto nivel sino como algo que implica separación entre iguales para poder seguir "siendo distintos" que es la única forma de ser.".

Bajo esta forma de uso la palabra "Usted" implica un marcado sentido de individualismo, dejando de comportar cualquier idea de superioridad y pasando a tenerla de distanciamiento y de separación.

Y es mi opinión que tanto como al Sr. presidente le conviene que haya tensión le hubiera convenido a la nación que el Sr. Presidente estuviera distanciado de quienes ni a él ni a su contrincante le brindan al respeto debido.

 16 de Febrero del 2008

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